Invención
La mayoría de nosotros tiende a dar por sentado el material impreso, pero imagine la vida actual si la imprenta no se hubiera inventado. No tendríamos libros, revistas ni periódicos. No existirían los carteles, los folletos, los panfletos ni los buzones. La imprenta nos permite compartir grandes cantidades de información de forma rápida y en grandes cantidades.
De hecho, la imprenta es tan importante que ha llegado a ser conocida como uno de los inventos más importantes de nuestro tiempo. Cambió drásticamente la forma en que evolucionó la sociedad. En este artículo estudiaremos cómo se inventó la imprenta y cómo afectó a la cultura.
Antes de que se inventara la imprenta, cualquier escrito o dibujo tenía que realizarse minuciosamente a mano. Se utilizaban varios ]]> materiales diferentes ]]> para transcribir los libros: arcilla y papiro, cera y pergamino. No podía hacerlo cualquiera; este trabajo solía estar reservado a los escribas que vivían y trabajaban en los monasterios.
Los monasterios tenían una sala especial llamada «scriptorium». Allí, el escriba trabajaba en silencio, primero midiendo y esbozando la disposición de las páginas y luego copiando cuidadosamente el texto de otro libro. Más tarde, el iluminador tomaba el relevo para añadir diseños y adornos a las páginas.
Impresión de tipos móviles
La imprenta fue inventada en el Sacro Imperio Romano Germánico por Johannes Gutenberg hacia 1440, basándose en las prensas de tornillo existentes. Gutenberg, orfebre de profesión, desarrolló un sistema de impresión completo que perfeccionó el proceso de impresión en todas sus etapas, adaptando las tecnologías existentes a los fines de la impresión, así como realizando invenciones propias innovadoras. Su nuevo molde manual hizo posible por primera vez la creación precisa y rápida de tipos móviles de metal en grandes cantidades, un elemento clave para la rentabilidad de toda la empresa de impresión.
La imprenta se extendió en varias décadas a más de 200 ciudades de una docena de países europeos. En 1500, las imprentas que funcionaban en toda Europa Occidental ya habían producido más de 20 millones de volúmenes. En el siglo XVI, con la expansión de las imprentas, su producción se multiplicó por diez, hasta alcanzar entre 150 y 200 millones de ejemplares. El funcionamiento de una imprenta se convirtió en un sinónimo de la empresa de impresión, hasta el punto de que dio nombre a toda una nueva rama de los medios de comunicación, la prensa.
La Biblia de Gutenberg
A lo largo de la historia se han inventado muchas máquinas que han cambiado el mundo para siempre; la imprenta de Gutenberg es una de estas máquinas revolucionarias. Elemento fundamental del Renacimiento, permitió la creación de una comunidad de científicos, poniendo fin a la Edad Media y conduciendo finalmente a la Revolución Industrial.
Para entender la importancia de la imprenta, es necesario comprender que, antes de su invención, prácticamente todos los libros y documentos eran manuscritos. Escrito a mano, la producción de incluso una sola página era una tarea ardua y que consumía mucho tiempo. Los libros eran caros y sólo podían reproducirse textos muy populares y de atractivo universal.
Más tarde, los libros fueron producidos por y para la Iglesia mediante el proceso de grabado en madera. Para ello, el artesano tenía que recortar el fondo, dejando la zona a imprimir en alto relieve. Este proceso se aplicaba tanto al texto como a las ilustraciones, y requería mucho tiempo. Cuando se completaba una página, a menudo compuesta por varios bloques unidos, se entintaba y se presionaba una hoja de papel para imprimirla. La susceptibilidad de la madera a la intemperie hacía que estos bloques tuvieran una vida útil limitada.
Historia de la impresión
En 1436, Johaness Gutenberg, un orfebre alemán, comenzó a diseñar una máquina capaz de producir páginas de texto a una velocidad increíble, un producto que esperaba compensar las pérdidas de un intento fallido de vender espejos de metal. En 1440, Gutenberg ya había establecido los fundamentos de su imprenta, incluido el uso de un juego de tipos móviles y reutilizables, y en diez años había construido un prototipo funcional de la prensa. En 1454, Gutenberg dio un uso comercial a su prensa, produciendo miles de indulgencias para la Iglesia. Al año siguiente imprimió su famosa Biblia de 42 líneas, el primer libro impreso en una prensa de tipos móviles en Occidente.1
La imprenta de Gutenberg fue el resultado del esfuerzo combinado de varios descubrimientos e inventos. La imprenta se construyó a partir de la tradicional prensa de tornillo, precursora de la actual prensa de taladro, con una matriz añadida en la que las letras y símbolos fundidos individualmente podían disponerse para formar el texto deseado. Este diseño de tipos móviles permitía ensamblar rápidamente las páginas de texto a partir de una selección de letras y símbolos prefabricados, en lugar de tallarlos laboriosamente en un bloque de madera, como en el método de impresión en bloque. Gutenberg también creó una tinta única a base de aceite que se transfería de su tipo de metal al sustrato de impresión con mucha más eficacia que las tintas a base de agua que utilizaban otros impresores de la época. Para imprimir una página, Gutenberg colocaba las letras necesarias en la matriz y las cubría con su tinta. A continuación, la matriz se montaba en el extremo de contacto de la prensa de tornillo modificada y se bajaba hasta que golpeaba el papel que había debajo. El proceso, aunque intensivo en mano de obra, permitía a Gutenberg imprimir páginas a una velocidad mucho mayor que los impresores que utilizaban el método de impresión en bloque o los que realizaban trabajos manuscritos.2